El respeto y la Proxémica

El respeto, la proxémica y la vuelta a la «nueva normalidad «

Cisne negro, Covid19. FOTO: PABLO TEMES

La Proxémica ¿Qué es?

Hace ya muchos años que pude conocer la Proxémica (término que viene de proximidad), por el desempeño de mi profesión en las «Relaciones Públicas» estudié en la Universidad el título de Comunicación, protocolo y relaciones públicas y, es entonces, cuando tuve la ocasión de aproximarme a la proxémica. (valga la redundancia)

La proxémica es una teoría que surge en la década de los 60 y fue desarrollada por el antropólogo estadounidense Edward T. Hall, quien estudió cómo  percibimos el espacio en diferentes culturas y cómo lo utilizamos para establecer distintas relaciones.

La proxémica en nuestras vidas más presente que nunca

El respeto. El ansíado respeto.

¿Nos respetamos? ¿De verdad?

Antes de poder comunicarnos con respeto y aprecio, tendríamos que examinar nuestra actitud. Un viaje al interior de nosotros mismos. Tal diálogo interno puede llevar a una purificación y también ayuda a fortalecer la propia autenticidad, sin la cual no es posible ninguna comunicación tendente a la autoestima y al aprecio.

Hasta qué punto es importante una postura interna hacia el respeto lo muestra,  también, la psicoterapia. El sistema de la terapia de diálogo no dirigido, según Carl Rogers, se basa en este principio del encuentro respetuoso entre los seres humanos. Por ello, ¡no infravaloremos el poder de nuestros pensamientos y emociones! Son decisivos para el resultado de nuestros encuentros con los demás.

Si dirigimos nuestra atención hacia lo negativo, entonces parecerá cada vez más y más grande; sin embargo, si consideramos lo positivo, entonces será esto lo que predomine para nosotros.

Nosotros tenemos la libertad de la elección.

¿Seremos más sabios?

Quiero creer que hemos aprendido algo o mucho de esta pandemia con respecto a la forma de relacionarnos y adquirir algunos buenos hábitos de la cultura asiática, por ejemplo, dónde el «Respeto» no es una palabra hueca sino una «Filosofía de vida».

En espacios comunes de convivencia : ¿Dejaremos de hablar alto (gritar) en los restaurantes? ¿Dejaremos de toser o estornudar al aire? ¿Nos sonaremos las narices con pañuelos y sin hacer ruido de trompeta? ¿Dejaremos de empujarnos en el metro o autobús? ¿Respetaremos cortésmente las distancias de proximidad al hablar con conocidos, desconocidos y amigos? ¿Seremos menos ruidosos en la calle y en los lugares públicos? ¿Seremos más cuidadosos con la higiene en los aseos públicos? ¿Nos lavaremos «siempre» las manos después de estar en los aseos? ¿Dejaremos de invadirnos los unos a los otros cuando estemos en la barra de un bar?

Ojalá. No lo tengo muy claro.

La comunicación respetuosa

El elemento básico de cualquier interacción y comunicación humana se encuentra al comienzo: se trata del saludo. El saludo varía según el momento, el lugar y la cultura en que se desarrolla. Puede consistir en ceremonias que duran horas o en un movimiento corporal apenas perceptible, quizá solo en un par de letras al comienzo de un mensaje de correo electrónico o del teléfono móvil. Pero, en cualquier caso, el saludo es indispensable.

El saludo, cada vez que se realiza, es un puente entre personas que se encuentran. Da a entender que al menos se ha percibido al otro y que se respeta su existencia. Según el tipo, puede expresar el aprecio en distintos grados, hasta llegar al amor. Proporciona así la base para la mutua aceptación y seguridad, sobre la que se pueden desarrollar de manera positiva todos los demás encuentros entre seres humanos.

Quizás hoy pueda sonar extraño, pero antiguamente era común que a un adversario en el campo de batalla se le mostrara antes del combate un gesto de cortesía como señal de respeto. No saludarle hubiera significado no considerarle siquiera digno de enemistad y excluirle de la mínima unidad concebible, que es la de dos antagonistas que dependen uno del otro.

Saludo de reverencia oriental: la cultura del respeto

Lejos del sentido del placer, el cariño u otras implicaciones de un saludo con beso, o de tocar con la mano el cuerpo del otro, o de estrechar la mano, los saludos de reverencia siempre abarcan el concepto de veneración y reflejan humildad y respeto por el otro.
La tendencia a no ejercer el contacto físico en el saludo aún permanece en muchos países asiáticos. Una de las raíces de dicha actitud se halla en la idiosincrasia forjada por la sabiduría espiritual antigua.

El famoso QI

En la medicina tradicional china se entiende que el contacto físico conlleva compartir el campo de qi patogénico (qi: energía vital). Si la otra persona no tiene qi bueno, un contacto físico puede causar que su qi no bueno entre en el campo o en el cuerpo del otro. Aunque hoy en día muchos de Asia Oriental ya no saben esto, han heredado la costumbre; así que el contacto físico para saludar por primera vez no es común para nada, especialmente entre hombres y mujeres.

Un ejemplo como la vida misma…

con humor

Proximidad

Proxémica es el estudio de la proximidad y, como ésta nos permite relacionarnos y convivir. En cada sociedad las relaciones de proximidad pueden ser diferentes, en virtud de sus «genes» culturales, pero siempre encontramos rasgos comunes, que pertenecen y son propios de la condición humana, al margen de dónde y como vivan.

La dimensión oculta

En 1966, este antropólogo Edward T. Hall  ref. , publica un excepcional libro llamado “La dimensión Oculta”, en el cual acuña el término proxémica refiriéndose a él como “las observaciones y teorías interrelacionadas del empleo que el hombre hace del espacio, que es una elaboración especializada de la cultura”.

Casi 54 años después de su publicación la definición las diferentes zonas espaciales del hombre siguen totalmente vigentes.

Es más, en la coyuntura actual bajo la pandemia global del COVID-19 en la que estamos inmersos, podríamos augurar que la Proxémica va a estar más presente en nuestras vidas y más de moda que nunca, aunque muchísimas personas no sepan de su existencia o hagan caso omiso de ella.

Edward T. Hall plantea su constructo teórico a partir de la observación del uso del espacio en animales, basándose en las aportaciones de Hediger. De esta manera establece que existen una serie de “distancias” que, de una manera u otra, emplean la mayoría de los animales:

La distancia cuando un animal se encuentra con otro animal de diferente especie

Distancia crítica:  Es aquella distancia, que al ser superada por un miembro de otra especie el animal, marca el momento en el cual comenzaría a huir, salvo que encuentre un obstáculo infranqueable, ante lo cual atacará. Muchos animales salvajes en libertad no son peligrosos pero al ser enjaulados se convierten en un gran peligro para otras especies ya que al entrar en su zona crítica no tienen vía de escape. Esta distancia de huida parece tener relación con el tamaño del animal. Cuanto mayor es, mayor es esta distancia. Las especies más pequeñas dejan que otros individuos de especies diferentes se acerquen más antes de salir huyendo.
Distancia de vuelo. Sería la aplicada para huida en especies voladoras.

Distancia de vuelo: Sería la aplicada para huida en especies voladoras. Ref.

La distancia cuando se encuentran con otro animal de su misma especie

Distancia personal: Distancia normal de relación de dos animales “de no contacto” de la misma especie entre los que no existe un contacto íntimo: “ámpula invisible que rodea el organismo”.

Distancia social: Aparece en especies “de contacto” que tienen la necesidad de mantenerse unidos como grupo. La distancia social sería aquella hasta la que puede retirarse un individuo de la especie sin perder el contacto con el grupo. Más que una medida física es una medida psicológica que depende de la situación.

Un ejemplo claro que menciona Hall en su libro es el del domador de leones. Cuando el domador entra en la distancia crítica del león y éste se ve acorralado en la jaula sin poder huir, procederá a acercase lentamente al domador. En ese momento el domador sitúa una silla entre si y el animal. El avance del león hacia el domador será imparable y en su acercamiento subirá a la silla. En ese momento se puede observar cómo el domador retrocede rápidamente saliendo de la distancia crítica de la fiera, ante lo cual el león cesará su avance y quedará subido a la silla.

Destacar  un aspecto contemplado por el autor en su libro, que sin lugar a dudas es espeluznante. Según Hall, la extinción de las especies tiene mucho más que ver con el espacio que con cualquier otra causa. Ref.

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